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Así mejora tu salud con el ejercicio


Cambios en nuestra salud al pasar de sedentario a vida activa:
Los primeros días
Cuando empezamos a hacer deporte nos encontramos que nos ahogamos con rapidez y nos cuesta mucho realizar el ejercicio. Además al día siguiente sentiremos lo que se conoce como dolor muscular de inicio tardío (DOMS) o agujetas.


Pero también empezaremos a notar los primeros beneficios del deporte y es que sentiremos que estamos más alerta y que contamos con más energía que antes. Esto se debe a que la actividad física ayuda a subir el ritmo cardíaco y, por tanto, el oxígeno y flujo sanguíneo que llegan al cerebro aumentan. 

Las primeras semanas

Después de un par de semanas haciendo ejercicio notaremos como nuestros músculos empiezan a responder mejor al ejercicio. Ya no tenemos tantos dolores después y nos resulta algo más sencillo realizar los ejercicios. 

Esto se debe a la producción de mitocondrias. La actividad física provoca que éstas aumenten, lo que ayuda a convertir las grasas, carbohidratos y proteínas que consumimos en energía para nuestras células y musculatura.

Después de mes y medio

En mes y medio o dos meses ya somos muy capaces de notar los beneficios del deporte. Es ahora cuando empiezas a notar que estás más en forma y que eres más resistente. 
Hacer la misma cantidad de ejercicio que antes te cuesta mucho menos y cualquier actividad cotidiana del día a día supone mucho menos esfuerzo. Te cansas menos, tienes más energía, sientes más ganas de moverte y duermes mejor. 

     A los seis meses

Cuando llevas medio año manteniendo una actividad física constante ya no solo tendrás sensaciones, sino que será evidente que tu cuerpo ha cambiado. Podrás ver como estás más tonificado.
Si has llegado hasta aquí, es menos probable que dejes de hacer deporte y que vuelvas a una vida sedentaria. ¡Enhorabuena! Después de esto todavía quedan más beneficios.

Cuando llevas un año

Estar activo y hacer deporte ya forma parte de tu rutina y de tu estilo de vida. Entre los beneficios que esto te aporta a largo plazo están el tener menos riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, la artritis o la osteoporosis (ya que nuestros huesos tienen mayor densidad.).